La política arropa el ser humano, la mala política hace creer que solo con los minúsculos representantes de partidos políticos y los parapolíticos (organizaciones que han asaltado el mundo comunitario y ORGs para vivir de los políticos o para ellos) son con los que se puede contar.
Aun cuando en Santo Domingo Este ha habido políticos de fuste, la realidad es que muchos terminan enganchandose a «comunitarios» para luego obtener dividendos políticos, destruyendo en si el necesario mundo de los que dedican su vida, sin apetencias políticas, a servir.
Ser político es también, ser comunitario, estos necesitan de las comunidades y el noble ejercicio ejercicio de servir desde la propia política te hace merecedor de que se hagan llamar comunitarios, pero esto no se puede confundir con los que solo se dedican a la labor altruista sin segundos objetivos.
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Durante décadas, vimos como «enganchados» a los grupos de poder o estaban a favor del alcalde de turno o lo adversaban, llegando incluso a constituirse en cuasi organizaciones que terminaron adoptando posturas netamente políticos, pidiendo renuncia o siendo juramentados por el alcalde de turno, pero siempre, usados.
Hoy, la Alcaldía de Santo Domingo Este trata de movilizar a los comunitarios organizados en Juntas de Vecinos y organizaciones comunales para incrustarlos en las soluciones de sus comunidades en lo que tiene que ver con el tema de la recogida de basura y ojalá, los mecanismos de integración como este se usen para todos, porque el temor que algunos funcionarios, que para colmos, todos son políticos, terminen tratando de usar estos escenarios para sus planes de campaña es real, porque se tiene la falsa percepción que quien controla a los comunitarios controla el voto.
Las fotos de la reunión de comunitarios con la Alcaldía revelan caras conocidas que van como abanico, desde verdaderos vividores del tema «comunitarios» hasta los que son comunitarios de verdad, por lo que el éxito del ayuntamiento está en creer o no creer en cada uno de los que se «integren» pues la vida ha demostrado que si bien muchos dedican sus días por el bien de la comunidad hay verdaderos simuladores de toda la vida.
El tema de la basura depende de todos, de las capacidades instaladas, camiones listos, frecuencias listas, supervisores conscientes, hasta extirpar los malos hábitos de pedir dinero a los ciudadanos, hasta el papel responsable de los presidentes de Juntas de Vecinos que, en teoría, representan el liderazgo de cada zona en la ciudad y con El llamar y movilizar hacia la necesaria disciplina del sacar los desechos sólidos en los horarios acordados.
Exigir, hacer que cada ciudadano se exija a sí mismo, es el gran reto. La ciudad es su gente. Una ciudad con ciudadanos conscientes es una ciudad que funciona… solo está por ver si el salto de un territorio secuestrado por los arribistas y cuasi políticos puede ser cambiado por la ciudad que todos, en realidad, deseamos vivir.
